De aceptar lo haría... Pero he ahí el detalle. Con tanta gente mirando lo que uno hace y como lo hace, pienso que sería complicado actuar, para mí no, para el man de abajo. Porque a veces cuando se asusta, se acuesta a dormir y no hay quien lo pare. Esa es la gran diferencia entre los que nacen para ser vistos por muchos en vivo y los que nacemos solo para ser observados en privado por nuestras parejas. Aunque, ya he modelado desnudo ante muchos ojos... Cuando nací -en el hospital- y una vez, cuando salí del baño, al cruzar la sala de la casa -quedaba en medio de todo- se encontraban unas vecinas, amigas de mi hermana, reunidas tirando lengua -chismoseando de todo lo que ocurría en el barrio- y en un descuido, al caminar presuroso, en medio de ellas, la toalla se engarzo en un mueble, deslizándose y dejándome completamente desnudo, con todo lo que Adán escondió debajo de la hoja de parra o seria de plátano, al aire. Aquí, entre nos, la pena para mí fue bien grande, como mi amigo, el cual se encontraba apretujado dentro de la dichosa toalla, pero al caerse, este se levantó más de noventa grados sobre el horizonte, por encontrarme a esa hora bien caliente, recordando una novia muy sensual que iba a visitar. Rememoro, las caras de asombro de todas ellas, con sus ojos desorbitados y sus bocas bien abiertas, como si hubieran visto un fantasma. Algunas que eran, dizque evangélicas -porque para echar cuento no lo parecían- apartaron el rostro, pero mirando de reojo sin pestañear, les oí pedir perdón, pero lo que no se, fue a quien. Las mas avispadas y picaras, se miraron entre ellas, reflejando en su rostro la satisfacción de haber apreciado un bocadillo delicioso, se rieron un poco. Una de ellas -la que parecía más tonta- corrió vertiginosamente hacia la pieza de algodón y desenganchándola, me la dio con amabilidad sin apartar la mirada de mí erguido amigo. Note que a partir de ese día -de casting porno gratuito- se volvieron más asiduas visitantes de mi casa.
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